El carnaval de España

España está de carnaval. Ahora oficialmente. El actor y cómico Álex O'Dogherty lo ha dado por inaugurado en Madrid con el pregón, en el que ha animado a reír durante todo el año. Pues ¡hala!, a reír todo el mundo los 365 días del año ("largo me lo fiáis, amigo Sancho"). A reír, que motivos -aunque, falsos- tenemos. Decía O'Dogherty, "llevad siempre una sonrisa guardada para enseñársela a todo aquel que os intente joder el día". No sé por qué, empieza a preocuparme tanta sonrisa estudiada.

Continuaba el pregón, con que el "Carnaval convierte los actos estrafalarios y la locura en norma de conducta". Oído lo cual, se me disiparon las dudas. España no sólo está de carnaval. España es un carnaval durante todo el año. No hay más que ver el amplio repertorio de mascaradas, comparsas, informalidades, apariencias, engaños, opulencias y fingimientos con que nos deleita "lo más granado" de las altas, bajas y medias instancias, donde mirarse el ombligo -con contorsiones o sin ellas- es el leitmotiv que nos ha empeñado, desde las cejas hasta las barbas (y lo que te rondaré morena).

Vamos, que España es un carnaval de renombre. Y para celebrarlo, tenemos tan encandilados a Europa que se nos agolpan los "festejos", por eso la Unión Europea no cabe de gozo en sí, participando tan intensamente que no da abasto. Tenemos un programa carnavalesco europeo de lo más apretado: la ilegalidad del "céntimo sanitario", los incidentes de Ceuta en los que murieron 15 inmigrantes y la ley del aborto del señor gallardo, digo Gallardón. De momento. Un tótum revolútum de desfile, difícil de digerir que sacaría los colores al más pintado, pero que en tiempo de carnaval, o sin él, las mascaradas sirven de tapadillo.

Y como no se sabe ir de otra manera, en medio de tanta máscara, se anuncia la tarifa plana de 100 euros al mes en la cotización de la seguridad social para fomentar el empleo (que es de agradecer), que las elecciones están cerca y nos va a pillar el toro, porque ya que la hemos pifiado con la vuelta de tuerca de la reforma laboral a ver si podemos ir desfaciendo, de alguna manera, el entuerto.

Sin olvidar, claro está, que "estamos en la senda del crecimiento", según dijo Rajoy en el Instituto Berggruen para la Gobernanza (BIG) en la conferencia internacional Proyecto Europa. ¿Senda? ¿Ha dicho "senda"? Sí, senda, lo que viene a ser "camino más estrecho que la vereda" (RAE).

Cómo nos descuidemos se nos cae la máscara del carnaval haciendo equilibrios por la senda, que tanto carnaval no hay cuerpo que lo aguante.
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