martes, 30 de abril de 2013

La "Marca España" de Rajoy y compañía

La primera vez que oí la "Marca España" me chirrió y lo sigue haciendo. Parece que no se pueda vivir sin el marketing, aplicando el concepto "marca" hasta a un país. Expresión que, puesta en boca de según quién, se devalúa por hacerse el uso que mejor convenga en cada momento.

El Alto Comisionado del Gobierno para la "Marca España" se crea, por Real Decreto, el 28 de junio de 2012, con el fin de promover la imagen del país "tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras, en beneficio del bien común", según reza su web.Y la realidad es que la "promoción" no ha debido surtir el efecto deseado. No hay más que ver el último Barómetro de abril "Marca España" del Real Instituto Elcano (en Alemania, por ejemplo, "la imagen de España se ha deteriorado significativamente en estos 20 años"). Si esto es lo que se columbra en el exterior, qué se percibirá desde dentro... (cada uno en su casa sabe lo que hay, por mucho que intente aparentar de puertas para afuera).

viernes, 19 de abril de 2013

Urdangarin, entre Catar y los e-mail prohibidos

Si Iñaki Urdangarin se va a Catar, una vez más la justicia no es igual para todos, contraviniéndose las palabras que dijera su suegro, el rey de España; no cualquier suegro. Hay palabras que ya no gozan de la credibilidad debida, no sólo por lo sucedido sino por lo que continúa sucediendo.

Es decir, que Urdangarin recibe una oferta de trabajo de Valero Rivera para que le acompañe como asistente para entrenar a la selección de balonmano catarí, mientras que su suegro mantiene conversaciones con el emir de Catar, el jeque Hamad bin Jalifa al Thani, "a quien le une una estrecha amistad". Conversaciones que, por supuesto, nada tienen que ver con la citada oferta, según la Casa Real. Mira que si ahora se les frustra el invento por no tener el título de entrenador... habrá que buscar otra solución.

miércoles, 10 de abril de 2013

La pretensión de Almudena Grandes en EL PAÍS

Cómo confundir al lector… si se deja. Atraída por el sumario "La incesante crisis de la prensa escrita la persuadió de que quizá había que volver a arriesgarse" de un artículo de Almudena Grandes, publicado en el suplemento dominical de EL PAÍS en su sección Escalera Interior, que hubiera sido más oportuno sustituir por Publirreportaje, leí -no sin cierto pasmo, primero, y con creciente recelo, después- el texto en cuestión. Lo que en un principio se vislumbraba como una historia de afán de superación profesional, se develó claramente en una publicidad descarada del blog de una amiga suya.

El artículo no tiene desperdicio. Dudaba en dedicarle algunas reflexiones, pero su lectura me ha superado; no por la publicidad que haga o deje de hacer, sino por tejer como excusa la seria crisis de la prensa escrita para enmascarar el fondo del contenido, no exento de cierta frivolidad.

miércoles, 3 de abril de 2013

El exsindicalista, la jueza y los ERE...

A todos les da por lo mismo. Juan Lanzas, exsecretario de Organización de UGT en Andalucía, otro que se ríe, o Francisco Javier Guerrero, director general de Trabajo de la Junta de Andalucía entre 1999 y 2008, ídem de ídem. Dos de los implicados en los ERE fraudulentos en Andalucía. Debe ser cosa de las esposas, es ponérselas camino de prisión y parece que les produjera el mismo efecto que el gas de la risa -óxido de nitrógeno-, que provoca alucinaciones y un estado eufórico.

Algo de eso debe haber... porque estar imputado por presuntos delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, blanqueo de capitales, cohecho, asociación ilícita y tráfico de influencias, como le sucede a Lanzas, no parece motivo para sonreír, tontamente o no. Que no acierto a distinguir si obedece a un tic nervioso o -para ser científicamente rigurosos- a un rictus (dícese de la "contracción de los labios que deja al descubierto los dientes y da a la boca el aspecto de la risa"). Quiero pensar que la causa es el rictus, porque en estas situaciones sería más propio lo que popularmente se conoce por "caerse la cara de vergüenza".