viernes, 26 de septiembre de 2014

Estampado floral versus publicidad

"Compro oro, compro plata". "Compro su coche". "Aprende a bailar". "Ven a entrenar". "Orientales cariñosas". "Rejuvenecimiento facial, eliminación de acné, remodelación corporal, tratamiento de varices, depilación láser, nutrición". "Inglés para niños y jóvenes". "Gimnasio, piscina, clases dirigidas". ¿Para qué sirven las leyes? Para incumplirlas.

martes, 16 de septiembre de 2014

¿Por qué nos invaden los tapiceros?

Todos los días, por la mañana, hora tras hora, unos a continuación de otros, con voz femenina, masculina, con el estruendo de su "discreta" megafonía, los tapiceros recorren, a la velocidad del caracol (con la consiguiente obstrucción del tráfico), las calles de Madrid. ¿Qué les pasa a los tapiceros?

La misma perorata, una y otra vez, que trepana el cerebro, el cerebelo y lo que pille por delante: "Atención señora, ha llegado el tapicero. Se tapizan sillas, sillones, butacas, tresillos, mecedoras, descalzadoras. Con escay, terciopelo, pana y todo tipo de tejidos. Presupuestos sin compromiso. Recogemos y entregamos en su propio domicilio. El tapicero, a la misma puerta de su casa". Ni que lo jure. Oiga, ¿me podría tapizar, con tejido que insonorice, los dos pabellones auditivos?

Camioneta gris, con megafonía en el techo.
Pareciera que se han propuesto desquiciar -aún más- a la población, o intenten seducir a la ciudadanía, cual canto de sirenas del siglo XXI, con algún claroscuro deseo. Empiezo a pensar que obedece a alguna extraña confabulación en código cifrado.

Sea por el motivo que fuere, casi que el negocio queda descartado. Jamás he visto a persona alguna acercarse, a no ser que por teléfono les saturen la línea (cosa que dudo). Y no es por desconfiar, o sí.

Camioneta roja, con megafonía invisible.
Ante semejante concentración de tapiceros, muchos humanos
-todavía sin medicación- les agradeceríamos que bajasen los decibelios.

Mientras tanto, la señora Botella se podría repasar -claro que, como dice el refrán, para lo que le queda en el convento...- la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, Capítulo VIII sobre Condiciones exigibles a usuarios de vía pública, actividades domésticas y relaciones vecinales, en cuyo Artículo 40, relativo a Megafonía y otros dispositivos sonoros en el medio ambiente exterior, recoge en su punto 1: "Con carácter general, salvo situaciones de emergencia o consolidadas por los usos tradicionales de la población, con el fin de evitar la superación de los límites señalados por la presente Ordenanza y las molestias a los vecinos, se prohíbe el empleo en el medio ambiente exterior de aparatos de megafonía o de cualquier dispositivo sonoro con fines de propaganda, reclamo, aviso, distracción y análogos, cuya utilización no haya sido previamente autorizada".

En el supuesto caso de que, por esas cosas que pasan, tengan la correspondiente autorización, pues hala todos a la calle a vociferar, con el sistema de megafonía incorporado, para hacer publicidad gratuita: electricistas, arquitectos, peluqueros, charcuteros, médicos, fontaneros, fruteros, ingenieros, zapateros... Menudo jolgorio, ¡Magaluf se iba a quedar corto!
© 2014

viernes, 5 de septiembre de 2014

Las benditas musas

Hace más de un año, en julio de 2013, publiqué en este blog "Juan Carlos, en el contenedor", a raíz de la realidad que supera la ficción: una foto de Juan Carlos, todavía rey, arrojada a un contenedor de la vía pública.Y así lo reflejé con la foto que hice y que ilustraba el artículo. Hay quien se adelanta a los acontecimientos (tirando cosas o haciendo fotografías).

Hace dos días conozco a través de los medios, que Cristóbal Toral "ha sido el primer artista en acometer una obra pictórica sobre Juan Carlos I tras su abdicación. Y lo ha hecho con polémica", información publicada en elplural.com/Andalucía, bajo el título "El rey Juan Carlos al contenedor". La obra de Toral "La abdicación del rey" muestra una foto del monarca en un contenedor.

"La abdicación del rey", de Toral, publicada en elplural.com
Según relata elplural.com, refiriéndose al autor: "La idea del contenedor ya la tenía y aprovechó la abdicación para introducir el retrato, que es elemento clave de su obra". Así mismo, indica que "no habrá sido muy del agrado del monarca verse en esa situación aunque solo se trate de una alegoría plástica y artística". Error, no es "una alegoría plástica y artística", es una realidad. El contenedor con la foto de Juan Carlos existió y existe en la fotografía que realicé.

Fotografía realizada en julio 2013 por la autora.
Republica.com, por ejemplo, también se ha hecho eco con "El Rey en el contenedor", columna de Jaime Peñafiel. Dice Peñafiel: "Al Rey no le ha arrojado al contenedor Cristóbal Toral ni los españoles", bueno... he de decir que alguien sí, no sé si español o no.

Está visto que no se puede ser original..., por no decir otra cosa.
© 2014