miércoles, 10 de diciembre de 2014

Campaña orquestada sin concierto

"Campaña orquestada", cuanto menos la expresión resulta inspiradora en sentido literal, cual si fuera fruto de las excelencias instrumentadas de una composición musical. La realidad, muy otra, de connotaciones peyorativas, convierte la campaña en un machacón desatino, al que todos recurren cuando saltan a la palestra actividades, actitudes o manifestaciones que los interesados no tenían intención de hacer públicas.

Así, el PP se ha referido a campañas orquestadas, el PSOE, Mato, Monago... y un largo etcétera, hasta los casos más recientes de Tania Sánchez, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid por la adjudicación, en su día, de contratos a la empresa de su hermano; o Podemos por la polémica en torno al contrato de Iñigo Errejón, en la Universidad de Málaga. Nadie ha podido resistirse a su hechicero canto de sirenas.

Cuando algo molesta, lo tienen claro, se trata de una campaña orquestada de descrédito personal, de desprestigio, siempre de cara a restar votos en las próximas elecciones, las que toquen, da igual. Pues que quieren que les diga, es lo que hay.

Particularmente, me intranquiliza que se saque a pasear siempre el mismo argumento. Cada ciudadano es muy libre de dar el voto a quien crea que mejor va a defender sus derechos, independientemente de campañas orquestadas o no. Ya vamos siendo mayorcitos en democracia para madurar el voto, sin necesidad de que nos digan que se trata de la famosa "campaña" o que estamos en un descampado de valores políticos.

Mientras, entre campo y montaña, va quedando el erial de la justicia, que con un goteo a presión aparta jueces del camino. El siguiente, Pablo Ruz, estaba cantado. Otro tipo de campaña, más vil si cabe.
© 2014


1 comentario:

  1. Este tipo de campañas ha sido siempre muy utilizado, sobre todo en el terreno de la política, lo que ocurre es que ahora que la corrupción nos inunda aflora mucho más.

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