Mato, Sepúlveda y la conducta ejemplar

Ahora sí, una semana antes no -según Carlos Floriano-, pero ahora resulta que sí podían despedir a Jesús Sepúlveda, ex marido de Ana Mato, y así lo ha anunciado María Dolores de Cospedal.

Con cada una de las declaraciones que nos obsequian mi estupefacción va en aumento, me dejan en suspenso la razón y a punto están de dejarme sin palabras. En cambio ellos, ni pestañean; con un "rectificar es de sabios" -como dijo Cospedal- asunto solucionado, claro que también podría haber dicho "donde dije digo, digo Diego", que hubiera quedado más propio.

Si peregrinas eran las argumentaciones aducidas para no despedir a Sepúlveda (despido improcedente/magistratura/readmisión/elevada indemnización -¿con 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades?, según la Ley vigente, ¿qué sueldo tenía este señor?-), las expuestas por Cospedal para hacerlo: "este partido tiene que ser consecuente con lo que debe ser una conducta ejemplar" ya no sé ni lo que me parecen...

¿Por qué apoya entonces el Gobierno a Ana Mato? ¿considera que la ministra de Sanidad sí es un ejemplo de "conducta ejemplar"? Esto es lo que el ciudadano con un coeficiente medio colige, aunque el partido que nos gobierna -no uno cualquiera, es importante la precisión-, menosprecie constantemente su capacidad intelectual.

Es decir, que el informe policial de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) atribuye a Mato y familia regalos y pagos por valor de 50.000 euros, y Mato declara en el Congreso de los Diputados que se trata de "una cacería política y personal", aludiendo a "difamación" e "infundios". ¿De quién? ¿De la UDEF? Mientras tanto, Jorge Fernández, ministro de Interior, de quien depende la Dirección General de Policía, haciendo mutis por el foro.

Definitivamente los ciudadanos no nos enteramos de nada, o eso es lo que se deben creer ante tamaños dislates. A la vista de lo que acontece continuamente, a saber qué es lo que entiende el partido en el poder por una "conducta ejemplar", cuando sus actuaciones deberían ser un ejemplo a seguir. No hemos salido de una cuando tenemos otra encima, ahora andamos a vueltas con la indemnización de Bárcenas que incluía el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social, ya sólo falta que también cobrara el paro.

He de confesar, que si alguna convicción tenía respecto al Partido Popular era creer en su lucha contra la corrupción que anunciaban a bombo y platillo. Ya se me ha pasado, esa. Ahora tengo, cada vez más, otras de otro tipo.
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