Rajoy entre costuras

¿A qué viene la entrevista insulsa de Antena 3 al presidente del Gobierno hecha por Gloria Lomana, directora general de Informativos de dicha cadena? ¿Formaba parte de las cuñas publicitarias, que llevan haciendo toda la semana, para promocionar el último capítulo de la serie "El tiempo entre costuras" y no han encontrado mejor ubicación para completar la programación estelar?

De ser así, ha sido un gran acierto. Espectacular, para definir a un país hilvanado, en el que todo está en el aire, cuyo presidente debería comprarse una máquina de coser para evitar que sigan saltando las "costuras" por todos sitios.

Tal vez sólo se haya tratado de un ardid para subir la audiencia. De nuevo diana. Como para perderse la oportunidad de oír al señor presidente con lo caro que se vende...

En definitiva, nada nuevo, más de lo mismo: "La reforma laboral ha salido muy bien", según él porque se ha empezado a crear empleo (aunque tal vez se le ha olvidado añadir "precario"), "Tenemos que ser contundentes" con la corrupción, "Lo peor" de la crisis "ya ha pasado", blablablá. Más de lo mismo, excepto para expresar su convencimiento respecto a la inocencia de la infanta Cristina. Vamos que utiliza el comodín de la justicia como mejor le viene en gana, con una donosura que ya quisieran muchos. Es decir, que cuando no se quiere pronunciar sobre cuestiones comprometidas (léase Bárcenas, por ejemplo, y a lo que a su partido atañe), la respuesta es el respeto a la justicia, pero en cuanto a la infanta se posiciona abiertamente. Coherencia, sí señor.

Para no querer "adelantar acontecimientos" no está mal; tanta retranca está haciendo que los acontecimientos le adelanten a la velocidad del rayo, que ni se entera.

En fin, una entrevista insípida, sin profundidad, pasando de puntillas para no molestar, con unas familiaridades impropias: "Vamos a ver, Gloria", "Conviene recordarlo, Gloria", decía Rajoy. Nada comparable al "estribillo" que me subyuga: "Tenga usted la total y absoluta certeza". 

No he pegado ojo en toda la noche con la frasecita, pronunciada en el marco incomparable de los "días colmados azules y soleados", con la que le despidió Lomana. Esperemos que no sean presagio de tiempos venideros. Con el azul corporativo -o casi, no sé el pantone exacto- del decorado, amén de la corbata, ya tuve bastante. En estos casos, lo malo si breve, mejor.
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