Siempre me he resistido a pronunciarme respecto a este tema por la vinculación laboral que he tenido durante muchos -demasiados- años con publicaciones relativas al ámbito de la sanidad y de la medicina. La hartura profesional ha influido de forma decisiva. Trabajar para un medio, relacionado directamente con este ámbito -o con cualquier otro-, en el que lo que prima es el afán de enriquecimiento y figuración del empresario en cuestión, que posee una empresa periodística como quien tiene una churrería (con todos mis respetos para los churreros), ha hecho que haya visto demasiados intereses creados, y no precisamente de Jacinto Benavente.
El "yo te doy y tú me das" me ha vuelto descreída de tanta mesa redonda y tanto debate entre profesionales de primera línea de la sanidad que se prestaban y se siguen prestando a "salvar" la sanidad y, de paso, a nosotros, los ciudadanos.
No sé si es equiparable el símil, pero la lectura habría de ser la misma. Las empresas periodísticas deberían estar en manos de periodistas que conocieran y amaran el oficio con la finalidad de que su trabajo sea útil a la sociedad. Pues, en el caso de la sanidad pública más si cabe; el criterio tendría que ser el mismo, profesionales eficientes cuya labor debería estar fuera de cualquier tipo de duda. Y que conste mi máxima admiración y respeto a quien así ejerce la medicina, sea cual sea la labor que realice.
Siempre he defendido y defenderé la sanidad pública, pero no a cualquier precio. Un hospital público de referencia nacional con un servicio de urgencias en el que transcurren siete horas y media desde que se acude hasta que se entrega el informe, ni es eficaz, ni eficiente, y si me apuran, ni hospital, ya sea público o privado. Por no hablar del buen ejercicio de la medicina... profesionalidad cero si hay que esperar dos horas y media a que el especialista, el único en todo el centro, se digne a bajar a urgencias.
Está claro que el significado de "rápida actuación" en urgencias es relativo en la sanidad pública. ¿Será el preludio de Semana Santa o de algo no tan santo?
© 2013
El "yo te doy y tú me das" me ha vuelto descreída de tanta mesa redonda y tanto debate entre profesionales de primera línea de la sanidad que se prestaban y se siguen prestando a "salvar" la sanidad y, de paso, a nosotros, los ciudadanos.
No sé si es equiparable el símil, pero la lectura habría de ser la misma. Las empresas periodísticas deberían estar en manos de periodistas que conocieran y amaran el oficio con la finalidad de que su trabajo sea útil a la sociedad. Pues, en el caso de la sanidad pública más si cabe; el criterio tendría que ser el mismo, profesionales eficientes cuya labor debería estar fuera de cualquier tipo de duda. Y que conste mi máxima admiración y respeto a quien así ejerce la medicina, sea cual sea la labor que realice.
Siempre he defendido y defenderé la sanidad pública, pero no a cualquier precio. Un hospital público de referencia nacional con un servicio de urgencias en el que transcurren siete horas y media desde que se acude hasta que se entrega el informe, ni es eficaz, ni eficiente, y si me apuran, ni hospital, ya sea público o privado. Por no hablar del buen ejercicio de la medicina... profesionalidad cero si hay que esperar dos horas y media a que el especialista, el único en todo el centro, se digne a bajar a urgencias.
Está claro que el significado de "rápida actuación" en urgencias es relativo en la sanidad pública. ¿Será el preludio de Semana Santa o de algo no tan santo?
© 2013
Hola, estoy totalmente de acuerdo contigo, yo también soy defensor de lo público. Y ciertamente me avergüenza que sanidad y educación estén envueltos en batallas económicas, donde profesionales y políticos antepongan sus lucros particulares al bienestar social.
ResponderEliminarUn saludo.