miércoles, 3 de abril de 2013

El exsindicalista, la jueza y los ERE...

A todos les da por lo mismo. Juan Lanzas, exsecretario de Organización de UGT en Andalucía, otro que se ríe, o Francisco Javier Guerrero, director general de Trabajo de la Junta de Andalucía entre 1999 y 2008, ídem de ídem. Dos de los implicados en los ERE fraudulentos en Andalucía. Debe ser cosa de las esposas, es ponérselas camino de prisión y parece que les produjera el mismo efecto que el gas de la risa -óxido de nitrógeno-, que provoca alucinaciones y un estado eufórico.

Algo de eso debe haber... porque estar imputado por presuntos delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, falsedad documental, blanqueo de capitales, cohecho, asociación ilícita y tráfico de influencias, como le sucede a Lanzas, no parece motivo para sonreír, tontamente o no. Que no acierto a distinguir si obedece a un tic nervioso o -para ser científicamente rigurosos- a un rictus (dícese de la "contracción de los labios que deja al descubierto los dientes y da a la boca el aspecto de la risa"). Quiero pensar que la causa es el rictus, porque en estas situaciones sería más propio lo que popularmente se conoce por "caerse la cara de vergüenza".

Y seguimos sumando "calderilla" -para Lanzas, claro-, que todos agradeceríamos que devolvieran quienes se lo apropian indebidamente. Los 80.000 euros que Lanzas guardaba debajo de la cama son anecdóticos comparado con el resto de lo acumulado. Mercedes Alaya, la jueza instructora del caso le atribuye un "enriquecimiento exagerado" de más de 13 millones de euros, imputándole un importante incremento de su patrimonio. Van a ser las aceitunas, que valdrán su peso en oro!

Jueces y juezas como Alaya, imperturbable en la lucha contra el fraude de los ERE, no estarían de más. Algo pasa con los ERE; el de Andalucía ha sido el "premio gordo", pero convendría analizar el incremento de los presentados. Sobre todo porque parece que ejercen cierta atracción fatal sobre determinado tipo de empresarios y afines.

La resolución final para autorizar o desestimar un ERE depende de la Administración y ésta puede desestimar la regulación de empleo "si se aprecia fraude, dolo, coacción o abuso de derecho en la conclusión del acuerdo con los representantes de los trabajadores". ¿Por qué será que no me lo acabo de creer?

Echo de menos a la justicia y a juezas como Alaya.
© 2013

3 comentarios:

  1. Excelente!escueto pero con tanta sustancia que reconforta leer la verdad otra vez más,es una pena no poder ver estos articulos en periodicos de ámbito nacional.gracias nin

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  2. Gracias Nin por tu comentario, espero que sigas ahí expresando tus opiniones.

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  3. Realmente no creo que nos estemos volviendo corruptos en los últimos tiempos, sino más bien que la corrupción y la democracia llegaron juntos. Y ahora gracias a los periodistas nos estamos enterando de esta cascada de irregularidades.
    Por eso se entiende que quienes las cometen están intentando y consiguiendo mediante despidos, quitarse de encima a lo que para ellos es un peligro, "los periodistas" que les obligan a inventarse historias no del todo creibles. Pero creo que no lo van a conseguir.
    Ánimo y suerte. Un saludo

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