El artículo no tiene desperdicio. Dudaba en dedicarle algunas reflexiones, pero su lectura me ha superado; no por la publicidad que haga o deje de hacer, sino por tejer como excusa la seria crisis de la prensa escrita para enmascarar el fondo del contenido, no exento de cierta frivolidad.
Realmente,
no sé muy bien que intenta transmitir. No sé si la amiga de Almudena Grandes dejó
el trabajo porque estaba cansada e inició un blog; pero sí sé que, como su
amiga, son much@s l@s periodistas que tienen uno y que están en paro por
despido (por esa incesante crisis de la prensa escrita). Y el riesgo
que corren -sin un marido o mujer periodista encantador@, exitos@ e
influyente, y sin vivir en una hermosa casa con jardín en un pueblo de la
sierra, a más de veinte kilómetros de Madrid- es incomparable, y obligado por
las circunstancias, al asumido por su amiga "a punto de morirse de
placidez".
De
lo que se colige que si no disfrutan de ese tremendo éxito será porque no se
han "arriesgado" tanto, porque tienen otro concepto de lo que es un
blog, o tal vez porque no tod@s l@s periodistas sin trabajo tienen una
amiga que l@s publicite en un diario de tirada nacional.
Entiendo que A. Grandes ha de agradecerle que -en esas "dionisiacas orgías" en su despacho- le obsequie con "cosméticos, cremas y perfumes carísimos", pero que no pretenda que se perciba algo admirable en una mera transacción comercial.
© 2013
© 2013
develé el enlace, y luego de 3 años o más, he leido de nuevo algo del "pais". Sinceramente prefiero sin verguenza el pornO
ResponderEliminarNo sé cuales serían las intenciones de la mencionada A. Grandes, pero está claro que como todo en este país, parece que tiene que estar apadrinado, mal vamos los que pretendemos que simplemente por nuestro trabajo y valía se nos considere como ciudadanos dignos de no pasar desapercibidos.
ResponderEliminarMe gustaría que aunque no todos somos iguales para la ley, al menos lo fuésemos para otras cosas.
Un saludo.
Juanchi
Cuentan de unamuno que se paseaba por la alcoba horas y horas; hasta que,inquieto el amigo, que desde la alcoba de al lado le oía,fue a preguntar si algo le ocurria¡Nada Nada!-contestó Unamuno_.Pero al fin cofesó que tenía un vivo deseo de persignarse y por eso no dormía.¡Pues, persígnese,hombre de Dios,y duerma!-exclamó el amigo --Eso jamás-replicó con viveza el filósofo -.Me lo veda mi pensamiento.No le des más vueltas es publicidad engañosa ni una "coma".Nin
ResponderEliminarComo entiendo a D. Miguel. Hay que dormir, pero no estar dormidos.
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